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15 de abril de 2014

¿Es la póliza de crédito la mejor opción a la financiación?

Los créditos junto con los préstamos son las operaciones de financiación de activo más utilizadas por las empresas. Su principal diferencia es, que mientras un préstamo siempre está condicionado a una operación de compra o recepción de un servicio, el crédito no está condicionado a una finalidad específica, sino que el dinero así obtenido puede utilizarse en cualquier sentido. La forma más común de que dispone una empresa para acceder al crédito es mediante una póliza de crédito.


Las pólizas o cuentas de crédito son contratos de crédito, que otorgan una disposición de fondos, hasta un límite cuantitativo determinado para los saldos deudores, por periodo de tiempo específico, y con unos costes concertados. El crédito se formaliza en un documento denominado póliza de crédito, donde la entidad financiera pondrá a disposición del cliente una cuenta, para así disponer de los fondos estipulados, de acuerdo con las condiciones pactadas.

Se trata de una interesante forma de financiación del circulante, muy adecuado para cubrir desfases temporales de los flujos de cobros y pagos en los que puede encontrarse en momentos puntuales la empresa, o bien cuando aparezcan necesidades imprevistas que supongan una falta de liquidez. Un producto financiero pensado en origen como “colchón de tesorería” para poder salvar el tiempo que trascurre desde que una empresa paga a sus proveedores y acreedores hasta cobra de sus clientes.

Los fondos obtenidos podrán ser destinarlos a la financiación de stocks o de compras, a la dotación de efectivo para la cobertura de necesidades de tesorería o a otros fines, que considere oportuno.
Se podrá devolver el capital utilizado o volver a disponer del mismo, cuando quiera, siempre dentro del límite del crédito, y durante el tiempo que dure el contrato. Debido a su finalidad, la póliza de crédito, suele formalizarse a corto plazo, normalmente a un año. La cuenta de crédito, puede obtenerse con la garantía real específica de algún bien o derecho o con una garantía personal.

Las ventajas e inconvenientes de la póliza de crédito se analizan a continuación.

Ventajas de la póliza de crédito:
  • Es un mecanismo ágil para cubrir las necesidades puntuales de tesorería, a un coste inferior a los descubiertos en cuenta.
  • En una póliza de crédito no existe límite en el importe máximo que se puede disponer, sino que este límite vendrá determinado en función de nuestra capacidad de endeudamiento y las necesidades de tesorería. El banco no va a financiarnos el 100%, pero estudiara aspectos de nuestro negocio como puede ser el período medio de maduración de nuestra actividad, la necesidad global de liquidez para ese período, etc.. Esos serán algunos de los datos que determinarán el límite de capital que están dispuestos a financiarnos
  • Evidentemente, el dinero que el banco dispone a crédito tiene intereses  pero sólo se pagarán por el capital dispuesto.
  • Dado que su operativa de funcionamiento es similar la de una cuenta corriente ordinaria, permite realizar tanto imposiciones como disposiciones durante su vigencia, incluso se puede llegar a tener saldo positivo el cual será remunerado según el tipo de interés pactado previamente


Inconvenientes de la póliza de crédito:
  • Por su elevado interés, únicamente están pensadas para hacer frente a muy corto plazo (entre seis y doce meses), aunque pasado ese periodo de tiempo pueden renovarse, siempre y cuando el banco considere que la situación de la empresa lo permite.
  • Normalmente, las entidades financieras exigen las mismas garantías que en los préstamos, ya sean reales o personales. Pueden incluso en ocasiones, exigir un avalista para que sea aprobada la operación.
  • Aunque solo se paguen intereses por el capital efectivamente utilizado, ha de hacerse frente a una serie de gastos de apertura y comisiones de disponibilidad. La liquidación de intereses suele realizarse trimestralmente cargando en la propia cuenta de la póliza de crédito los mismos, lo cual supone que  devengarán más intereses a favor de la entidad.
Por norma general  este tipo de operaciones de crédito suelen contratarse a un tipo de interés fijo. Aunque, en ocasiones, éstas pueden pactarse a interés variable, tomando como referencia el Euribor más un diferencial.

A la hora de negociar un crédito, hemos de tener presente las condiciones de las tres clases de interés que lo componen:

a) Interés deudor: es el interés que nos cobra el banco por el saldo dispuesto. El saldo no dispuesto puede estar libre de interés o tener un pequeño interés residual.
b) Interés acreedor: es el interés que el banco nos ha de abonar por presentar un saldo positivo en la cuenta de crédito. Este se pacta con el banco en el momento de la concesión de la póliza.
c) Interés de excedido: cuando superamos el saldo concedido en la póliza, el banco nos cobrará por dicho exceso, a un tipo de interés bastante mayor que el interés deudor. La liquidación de los intereses, suele ser por norma general con carácter trimestral. Dichos intereses serán cargados en la misma cuenta, por lo que, vuelven a generar más intereses en caso de no cubrir el cargo.

Los dos tipos de gastos que a su apertura presenta una póliza de crédito son:

a) Gastos de formalización y apertura:
  • Corresponden a la comisión de estudio y apertura, que va en relación con un porcentaje de la cantidad que se solicita, existiendo siempre un mínimo. Se devenga en el momento de la formalización de la póliza, cargándose en la cuenta.
  • Gastos correspondientes al notario establecidos en un porcentaje del nominal de la póliza.

b) Propios de las operaciones:
  • Comisión sobre el saldo medio no dispuesto, es un pequeño porcentaje en función del saldo que la entidad pone a nuestra disposición y no utilizamos.
  • Comisión por apunte, cantidad fija por apunte.
  • Comisión por reclamación de excedidos, correspondiente al saldo excedido en la fecha de la operación. Suele ser variable con un mínimo.
  • Comisión por cancelación anticipada.


Régimen Fiscal

Serán deducibles en el Impuesto de Sociedades, tanto los gastos financieros como los gastos que hayan sido generados por la apertura de la póliza de crédito, así como todas aquellas comisiones que se puedan ocasionar siempre y cuando estén justificadas, correctamente contabilizadas y la póliza de crédito solicitada tenga como fin financiar la actividad principal de la empresa.

 
Una de las pocas vías de liquidez que les quedan a las empresas son las pólizas de crédito, puesto que en el contexto de reestructuración de las entidades financieras los préstamos prácticamente han desaparecido. La supresión en su día de las pólizas de crédito ahogó a gran parte de las pymes y el problema sigue siendo actualidad. La recuperación será muy difícil si los bancos no cumplen con su misión, la de captar y prestar dinero, por lo que sería una gran noticia que la suscripción de las pólizas de crédito vuelvan a formar parte de la normalidad y no queden en “algo que concedían los bancos en un pasado”.
 

De interés:
Balances contables para póliza de crédito bancaria. ¿Qué miran los bancos?
Contabilización de las Pólizas de Crédito



























2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el blog, Lourdes, unos artículos muy interesantes.

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  2. Gracias por enlazarnos en esta entrada. Siempre es un placer compartir conocimientos con gente experta. Hemos redireccionado todo el blog a la nueva web corporativa: www.demesayvertizconsultores.com
    Confiamos en poder ofrecer contenido de calidad y seguir colaborando con expertos en la materia.

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